Cuando hablamos de la nación China es sabido que nos referimos a un gigante milenario y pujante, respecto del cual nos surgen variadas preguntas a la hora de querer conocerlo o al menos entenderlo, no sólo por las distancias y diversidades existentes entre nuestras culturas, sino también por la natural complejidad que conlleva referirse a una nación asiática de origen multirracial y multicultural. Así, China es diversa en si misma, en sus amplios territorios, en sus variados paisajes, sus incontables pueblos, idiomas, dialectos, historia y tradiciones, que actúan, en mi opinión, como cristales de un vitreaux misterioso que la enriquecen y amalgaman frente al observador.
De hecho, junto a las tradiciones ancestrales chinas, las distancias y las magnitudes y diversidades de su población, industria, cultura y geografía, surgen también otros elementos que hacen más complejo e interesante poder entender lo que representa hoy para Chile la posibilidad de beneficiarse de un intercambio fluido y creciente con ese país, atendida la inserción de éste en renovadas prácticas de negocios y apertura a nuevos mercados.
En nuestro caso, la integración se manifiesta en la existencia de un tratado de libre comercio entre nuestros países, lo que se ha traducido en un intercambio comercial creciente y sostenido, que no obstante mantiene centrado, en términos absolutos, en nuestras importaciones de minerales metálicos y otros commodities, dada su magnitud y los requerimientos de la industria China, así como en cuanto a las importaciones de manufacturas y productos industriales provenientes de ese país, plantean, por cierto, expectativas y desafíos de expansión a otras áreas de actividad, incluida la industria de servicios turísticos.
Por ende, las múltiples miradas y expectativas que surgen en la relación Chile-China, visto en un horizonte de mediano y largo plazo, tienden a ser proporcionales, al menos en potencial y perspectivas, a la grandeza y crecimiento de la economía y población de este socio comercial. Es en este contexto, y como dato anecdótico, cobra nueva vida y significado para nosotros el hecho que la palabra China, que corresponde a “Zhongghuó” en el idioma propio, significa “tierra central”, atendida la creencia ancestral de sus habitantes, arraigada desde el siglo III antes de nuestra era, época de la unificación nacional a través del imperio, en cuanto a que ese gigante era el centro de la tierra, y del mismo modo, el hecho que la mayoría de sus habitantes desconoce hasta hoy en día que en el resto del mundo su país se identifica
con otro nombre, lo que induce, desde esa doble perspectiva, formada por las dimensiones y la particularidad de su cultura, a recomendar un mejor conocimiento de sus gentes para proporcionales servicios de la manera más adecuada y eficiente.
Pues bien, aterrizando lo dicho respecto de la nación más poblada del planeta, en el ámbito del turismo aparece que durante el año 2011 ingresaron al país un total de 44.281 extranjeros provenientes de Asia de los cuales 10.526 son Chinos (fuente Sernatur). Luego, y aunque este número aparece pequeño e insignificante comparado con los datos entregados por el último censo en el año 2011 en China que arroja un total de 1.339 millones de habitantes, igualmente es una cifra desafiante para nuestra industria turística, dada la potencial fuente de crecimiento que ello podría representar en el futuro. Esto, no sólo a partir de las relaciones comerciales y de negocio que se han establecido, sino también como parte del proceso en el cual está empeñado nuestro país para posicionar a Chile como destino turístico de interés a nivel mundial.
En vista a la potencialidad que se presenta para fortalecer e incrementar las instancias de intercambio y la prestación de servicios hoteleros, culinarios y turísticos para ese segmento, quisiera referirme a un aspecto cultural específico y concreto que resulta de crucial importancia a la hora de atender la demanda proveniente de ese país oriental, el que, junto con mantener los estándares tradicionales de excelencia y calidad en el servicio, se puede traducir en un mejor entendimiento de aspectos que pueden resultar fundamentales para distinguir el mismo y hacerlo compatible con las exigencias que en este contexto plantea la idiosincrasia de sus gentes.
En efecto, un aspecto en apariencia básico y elemental, pero que es base del éxito y preferencia, consiste en la hospitalidad y cordialidad de la atención y cuidado del protocolo, que en lo posible debe contar con el conocimiento y dominio esmerado de las notas propias y características de la cultura china, lo que implica conocer al menos los principios básicos de comportamiento y relación con los nacionales de la misma.
Para muestra un botón, tomado del interesante foro de discusión que se realizó la semana pasada en el Instituto Profesional Culinary, con la participación de sus cuatro carreras, enmarcadas en las asignaturas de relaciones públicas y protocolo, la cual contó con la presencia de conocedores de la cultura y tradiciones del país asiático, quienes plasmaron en sus exposiciones diversas visiones de las mismas, las que resultan novedosas y útiles para el ambiente de la enseñanza tradicional profesional de nuestra industria, poniendo énfasis en la preparación y ritualidad adecuada para recibir y atender, como es debido, a una delegación extranjera proveniente de China, así como en la manera idónea de comportarse en esa nación.
Esta actividad, que destaca como muchas otras que podrían comenzar a organizarse para profundizar en el conocimiento y manejo de los intereses de los nacionales de China, hombres de negocios y turistas, permite asimilar con mayor dominio, cómo ven a Chile y lo perciben,
y cuáles son para ellos sus atractivos, a nivel de servicios turísticos y hoteleros; lo que otorga, por cierto, oportunidades a nuestros profesionales y emprendedores para apreciar correctamente nuevas oportunidades que diversifiquen y profundicen la oferta de servicios para estos últimos, alcanzando estándares internacionales de excelencia en esta materia.
En fin, esperemos que iniciativas como la descrita, emprendida por el Instituto Profesional Culinary, se repitan e intensifiquen en el futuro. ¿Cómo lograrlo? Aquí algunos pasos a seguir:
-En cuanto a la oferta de destinos para los turistas chinos un aspecto dependerá si ellos provienen del norte o del sur, atendidas las diferencias geográficas y climáticas existentes, por cuanto a los visitantes del norte de China resultaría aconsejable el sur Chile, con lugares que presten una adecuada gama de servicios hoteleros, un buen destino en este sentido seria Puerto Varas. Para los visitantes que provienen de la zona sur de China, en cambio, les podría parecer atractivo visitar San Pedro de Atacama, pero siempre alojando en un hotel que desataque por el lujo.
-En efecto, un detalle que puede resultar importante para los visitantes Chinos son los tipos de hoteles donde se alojarán estos no pueden ser sencillos, prefieren lo clásico, a veces barroco o afrancesado.
– Si va a tener una reunión de negocios pida un salón para más personas que las programadas, la comida se pide en exceso y toda a la vez.
-En China los hombres no expresan sus emociones en público y se sobreentiende que una mesa llena de comida (en exceso), toda servida a la vez y siempre en platos pares es una muestra de afecto y preocupación , estos deben ser coloridos.
-Por costumbre en una negociación la contraparte China evita el dialogo directo y un compromiso inmediato, solo surge al finalizar la misma.
-En materia de conductas, otra costumbre que se debe tener en cuenta es que al hacer un brindis, que es muy común en las comidas, nunca debe alzarse la copa más alto que la persona con mayor precedencia en la mesa.
-Al momento de servir, la primera precedencia la tiene el hombre de más alto rango, luego el de más edad.
-La cena en la cultura China se extiende lo que dura la comida, no hay aperitivo ni tampoco sobremesa.
-Nunca debe usar mantel blanco, ya que es el color que se usa para los funerales, debe considerar flores de colores en su mesa, nunca crisantemos, y si ofrece arroz los palillos, nunca deben ir sobre este.
Por Carolina Cumsille
Jefa de la carrera de Administración de Empresas Hoteleras y Servicios
I.P. Culinary