Subir a grandes alturas y atravesar ríos hasta sus desembocaduras, siempre se ha presentado como un desafío atractivo y obsesionante para el hombre, el que a través de su fuerza, agilidad y valor se pone a prueba a sí mismo en su afán por alcanzar esos objetivos.
Chile por su geografía, presenta condiciones inmejorables para la práctica de montaña y deportes acuáticos; actividades en las que han aumentado espectacularmente el número de participantes, pero lamentablemente, también el número de accidentes producidos en las mismas.
En el caso de los montañistas, si se tiene en cuenta que la ascensión se logra con largas jornadas de esfuerzo para acceder a la cumbre, estos deben someterse a un lento período de aclimatación, a fin de adaptar su organismo a las bajas presiones atmosféricas de oxígeno de manera tomar las correctas decisiones y evaluar las condiciones de riesgo que se presentan en el medio natural.
Por otra parte, amantes del agua como elemento de soporte para sus pequeños kayak y balsas, aumentan considerablemente las condiciones de riesgo cuando cometen errores, por ejemplo, subestimar el grado de los ríos que esperan bajar.
Dentro del gran porcentaje de accidentes que ocurren en el medio natural, las víctimas, como punto en común, no poseen mucha experiencia, y tampoco presentan la formación adecuada ni un equipo suficiente y apropiado.
La inconciencia, la sobreestimación, el equipo deficiente y una mala condición física, son sólo algunos de los ítems que aumentan la condición de inseguridad de una situación en el medio natural.
Por todo lo anteriormente nombrado, los técnicos de actividades al aire libre, deben considerar en su formación el estudio de los peligros, concebir la prevención como la base para la seguridad y saber, por último, cómo actuar cuando éstos ocurren.
Para un técnico del medio natural, es de primera necesidad saber que el sentido común va unido a la sensatez y que esto tiene relación con “el saber renunciar”, debe poseer conocimientos de la técnica, además de una preparación física y psicológica, debe respetar las reglas de seguridad y hacer la valoración de los peligros a su alcance.
Entonces, dentro de los puntos importantes a los cuales debemos recurrir a la hora de preparar nuestra salida podemos nombrar los siguientes:
•Ver el informe meteorológico.
•Observarción de indicios naturales.
•Cambiar si fuese necesario el itinerario a zonas menos expuestas.
•Tener en cuenta que si el tiempo entre la vizualización del rayo y el trueno disminuye es sinónimo de acercamiento de tormentas.
•No realizar la actividad si existe la posibilidad de perdernos.
•Vestimenta adecuada a la época del año, a la altitud y latitud.
•Tener siempre en cuenta que el viento aumenta de forma exponencial los efectos del frío.
•Llevar cremas protectoras, gafas de sol y agua en abundancia.
•Planificar la alimentación.
•Llevar siempre una linterna.
•Comprobar que los horarios se ajustan a lo previsto.
•Llevar siempre botiquín.
•Nunca salir solo
•Dar siempre aviso a familiares, amigos y a carabineros de nuestro itinerario.
No olvidemos que la naturaleza es inestable. Cambia, se mueve y se transforma. Aprendamos a trabajar en ella y vivir con seguidad, para poder así disfrutar y entregar un trabajo de la más alta calidad.