En diciembre de 2016 abrirá sus puertas Krystall, un establecimiento de 5 estrellas ubicado en la costa de la ciudad noruega de Tromsocon y que tiene la particular forma de copo de nieve gigante. Maldivas y Miami también albergarán este tipo de alojamientos que, gracias a su arquitectura flotante, no generan ningún impacto ambiental.
A diferencia de los actuales hoteles emplazados sobre el agua, éste proyecto busca ser el primero que no utilice un sector que esté construido sobre tierra firme o sobre alguna estructura que parte en el borde costero o lacustre. Y por supuesto tampoco sobre lagos, lagunas o piscinas artificiales. Se trata de una ingeniería que permite levantar una estructura que flota tal como un barco, pero si desplazamientos.
Es un enfoque que ya ha provocado críticas por parte de algunos ecologistas, quienes dicen que el turismo mundial debe preocuparse por abordar las causas del calentamiento global en lugar de ir a los mares para evitar sus efectos.
El proyecto del hotel Krystall, que tendría 86 habitaciones, está pensado para acoger a visitantes acaudalados de Japón, Rusia y otras partes de Europa. En él, según ha explicado el arquitecto Koen Olthuis a CNN, «flotarás a través de pasillos cubiertos de formas geniales y futuristas, podrás recostarte al lado de una chimenea recubierta de ladrillos transparentes que parecen bloques de hielo y dormir en habitaciones adornadas con diseños minimalistas de invierno».
Sin embargo, las características más llamativas de este tipo de hotel son los techos de cristal que ofrecerán vistas claras de la aurora boreal y ventanas que permitirán echar un vistazo a la costa. Debido a su ubicación en el mar sin estar anclado a la tierra, el sitio Hosteltur publica que sólo tendrá acceso por barco, pero «no se verá afectado por los fuertes vientos ni las olas, gracias a los amortiguadores, resortes y cables que lo componen».