Inicio 30 de julio de 2012

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Providencia gana medalla de oro ...

Providencia gana medalla de oro en turismo capitalino


Para quienes visitan la capital, la comuna de Providencia no sólo se muestra como un potente centro de atracción por su comercio, o los variados pubs que presenta el barrio Bellavista, sino que, a su vez, posee nuevas alternativas para alojar y degustar comida 100% chilena.

Providencia es reconocida como una comuna de innumerables atributos, amigable para el peatón y el ciclista, lugar de importantes casas comerciales y oficinas, pero también hoy es centro de emprendedores turísticos que buscan deleitar a extranjeros y nacionales con servicios originales e innovadores. Parte de esta realidad pudo ser comprobada por nuestro diario, que participó en el Press Tour Providencia.

Hotelería boutique sustentable

En medio del corazón residencial de Providencia, en calle Carlos Antunez 2471, entre Los Leones y calle Holanda, se encuentra el Oporto Hotel- Boutique, que además de ser un sitio que mezcla estilos europeos con los del Santiago antiguo, cuenta con servicio sustentable.

El hotel cuenta con 14 habitaciones diseñadas para el uso eficiente de energía, contando con termo paneles solares para el calentamiento del agua, reciclado de basura y mantención de la temperatura de las habitaciones a través del aislamiento por ventanas.

Oporto Hotel- Boutique tiene a disposición de los turistas y la comunidad santiaguina un acogedor salón restaurante, en el que se pueden disfrutar deliciosos platos gourmet y una terraza al aire libre para leer degustando un buen café.

Neruda y el mar

Luego de un desayuno en el Oporto con sus dueños -y las pocas ganas de abandonar el lugar- nos dirigimos a la conocida casa de Neruda en Bellavista: «La Chascona», en donde disfrutamos de las historias del poeta y su entrañable amor por el mar.

Esta pasión por el mundo marino nos contagió de aromas y colores que por suerte nos acompañaron hasta nuestro próximo destino, el restaurant «Infante 51«, ubicado en una casona de estilo neoclásico.

La experiencia fue enriquecedora, tanto por la inspiradora conversación con el dueño de casa, Xabier Zabala, como por la degustación de pescados chilenos, muchos de ellos ausentes en los restaurantes tradicionales, pero que aquí son traídos para darle el espacio culinario que merecen.

En Infante 51 han trabajado con 90 tipos diferentes de pescados, muchos de los cuales históricamente no han sido identificados o incluso confundidos con otros. Nuestro plato de fondo fue un delicioso mero- piña que nos dejó con ganas de seguir y seguir.


Por Lector Turismo
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