En los últimos años, San Pedro de Atacama ha pasado de ser un destino casi exclusivo de extranjeros, para transformarse en un de los grandes destinos de turismo interno en el país. Hoy en día cerca de unas 80 mil personas lo visitan año a año. Esto es un número muy significativo para la estadística nacional.
Las visitas al Valle de la Luna, las Lagunas Chaxa, Cejar, Miscanti y Miñiques, junto con los Geysers del Tatio son los atractivos ineludibles. En ellos, los turistas se sobrecogen con una belleza escénica impresionante. Pero el pueblo mismo también ejerce su encanto con su apacible silencio y sus calles y casas color tierra.
En ese entorno, el turismo ha encontrado un gran nicho y hoy es la economía principal –descontando al litio- de San Pedro. Sin embargo, la mayoría de las propuestas turísticas no han sido desarrolladas por los mismos atacameños.
Por todo esto, la Ecored Lickan Antay constituye un ejemplo muy significativo. Los emprendedores de la ecored, agricultores o pastores por estatutos, desarrollan una propuesta turística que rescata buena parte del patrimonio cultural atacameño.
¿Qué tal si al visitar San Pedro la próxima vez te embarcas en una caravana de llamas, tal como lo hicieron los habitantes del desierto por miles de años? ¿O si al observar las estrellas, en vez de usar los lentes de un telescopio, lo haces con el prisma cultural andino, entendiendo las constelaciones y su implicancia para la vida atacameña? ¿Qué tal si al visitar Socaire aprendes sobre la quinoa, los rebaños y cultivos de este imponente oasis en las montañas?
Estas, y otras muchas actividades ofrece la Ecored. Sin duda su desarrollo no ha sido fácil. Encontrar un canal de ventas, adquirir el entrenamiento necesario para operar con estándares internacionales, superar las dificultades idiomáticas con los turistas han sido algunos de los desafíos que han debido aprender a sobrepasar.
De ellos, lograr una gestión adecuada de sus propios recursos (tanto económicos como patrimoniales) ha sido quizás uno de los desafíos principales. Lo mismo perseverar como lo exige el intentar posicionar una propuesta diferente, cuyo valor es más sutil que el de todo el resto de la abrumadora competencia.
Pero lo están logrando. Paso a paso. Y ya su nombre empieza a sonar en operadores nacionales e internacionales, mostrando que emprender de forma comunitaria y rescatando el patrimonio ancestral no solo se puede, sino que además, es una gran alternativa para el desarrollo local sostenible.
Juan I. Marambio
Coordinador Nacional
Travolution.org Chile
www.travolution.org