Inicio 22 de febrero de 2012

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Adaptación del turismo al cambio ...

Adaptación del turismo al cambio climático


A riesgo de sonar repetitiva, voy a abordar nuevamente la relación entre el cambio climático y el turismo, principalmente a raíz de los recientes desastres naturales que han obligado en los últimos dos meses al cierre temporal de algunos de los destinos más emblemáticos de nuestro país, como Torres del Paine, los Saltos del Petrohué y sectores de la Reserva Nacional Los Flamencos cerca de San Pedro de Atacama.

Si unimos todas estas situaciones, podremos darnos cuenta que necesitamos urgentemente promover una mayor interacción entre los sectores científicos y productivos para elaborar estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático.

El incendio de Torres del Paine, al que ya me he referido anteriormente, se inició por la irresponsabilidad de un turista, pero su devastadora expansión fue producto de los fuertes vientos propios del lugar y la escasez de lluvias que viene presentando la zona desde hace varios años. Los datos iniciales entregados por las autoridades indicaron que las visitas bajaron 50% en enero y el Gobierno de Chile anunció que destinará recursos para apoyar a micro y pequeñas empresas turísticas de la zona, además de lanzar una agresiva campaña de promoción internacional para mantener el flujo de visitantes al parque en 2012 y 2013.

Durante las últimas dos semanas los desastres naturales sumaron otros dos destinos afectados: Los Saltos del Petrohué y sectores de la Reserva Nacional Los Flamencos cerca de San Pedro de Atacama. Un deshielo inusual registrado en el volcán Osorno, debido a las precipitaciones y las altas temperaturas en la región, produjo un socavón de seis metros de diámetro que mantuvo aisladas hasta el viernes a más de 300 personas en los sectores de Petrohué y Peulla.

En tanto, las intensas lluvias en el altiplano causaron inundaciones en las cercanías de San Pedro de Atacama que obligaron a cerrar algunos de los principales atractivos de la zona, incluyendo varios sectores pertenecientes a la Reserva Nacional Los Flamencos (Laguna Cejar y Laguna Chaxa en el sector Soncor, sector Valle de la Luna y los sectores de Salar de Tara y Salar de Pujsa), además de otros puntos de gran afluencia de turistas, como los Geysers del Tatio y las Termas de Puritana.

Las cerca de 200 empresas turísticas de estos lugares prevén mermas millonarias por la gran cantidad de reservas que fueron canceladas y el Ministro de Economía y Turismo, Pablo Longueira, viajó a la zona acompañado por personal de Sercotec para normalizar rápidamente la actividad turística y evaluar el apoyo que necesitarán los pequeños empresarios del sector para repuntar con sus negocios.

La verdad es que la respuesta del Gobierno en términos de apoyo financiero para evitar mayores pérdidas y quiebras en el sector turístico ha sido rápida, pero lo que echo de menos son las acciones preventivas y los estudios científicos que ayuden a planificar medidas de mitigación y adaptación al cambio climático orientadas al turismo.

La Organización Mundial del Turismo (OMT) de las Naciones Unidas tiene un manual sobre Mitigación y Adaptación al Cambio Climático en el Sector Turístico, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de la cual Chile es miembro, tiene una Política
sobre Cambio Climático y Turismo en los países de la OCDE y varios países, como Australia, han publicado guías con medidas concretas de adaptación y mitigación para operadores turísticos. A esto se suma una serie de estudios realizados en los últimos años para analizar, por ejemplo, el impacto del cambio climático en la industria del esquí en Europa.

La pregunta, entonces, no es si existe o no el cambio climático. Eso es un hecho y sus efectos tienen impactos en el turismo y en las vidas de miles de personas en todo el mundo. Lo que debemos plantearnos es qué estrategias podemos desarrollar en Chile para promover medidas de mitigación y adaptación al cambio climático para evitar resultados desastrosos para la actividad turística y otros sectores económicos en el país como los que hemos visto en los últimos dos meses.

Entre otras cosas, debemos fomentar estudios científicos que puedan aplicar el conocimiento sobre el tema a las actividades productivas del país. Me gustaría aprovechar esta tribuna para proponer la creación de una mesa de trabajo público-privada que reúna a representantes de la mayor cantidad de actores relacionados con el tema, sin dejar de lado a los académicos. Es de suma importancia incorporar a investigadores científicos nacionales e internacionales para que contribuyan en este proceso con el fin de adelantarnos y planificar acciones adecuadas que nos permitan evitar efectos desastrosos. En este tema, Chile todavía tiene un largo camino por recorrer.

Marcela Torres

Periodista de la Universidad Andrés Bello y Máster en Turismo, con mención en
Ecoturismo, de James Cook University. Síguela en el blog sobre turismo responsable: //
southernconejourneysespanol.blogspot.com/


Por Lector Turismo
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