Inicio 05 de diciembre de 2011

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COP 17: cambio climático y turismo


A raíz de la nueva reunión de la Conferencia de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que se desarrolla en Durban, Sudáfrica, hasta este viernes, parece importante reflexionar acerca del tema desde tres puntos de vista: ¿Cómo afecta el cambio climático al turismo? ¿Cómo contribuye el turismo al cambio climático? ¿Qué medidas de mitigación o adaptación puede tomar el turismo?

Lo primero que se debe tener en cuenta es que el calentamiento global es, en principio, un fenómeno natural. El efecto invernadero consiste en que los gases que componen la atmósfera – como el dióxido de carbono, el vapor de agua, el ozono, el metano y el óxido nitroso- retienen el calor del sol, manteniendo al planeta en una cierta temperatura. El problema es que el esquema de desarrollo que ha tenido el planeta desde la Revolución Industrial ha acelerado el proceso y la concentración de estos gases ha aumentado en un tercio.

Al riesgo de desaparición de pequeñas islas estado, principalmente en Asia Pacífico, y a ladisminución de la nieve en los centros de esquí en Europa, se suman las consecuencias que ya se observan en Chile y algunos otros peligros que han pronosticado expertos en el tema.

En nuestro país, ya se nota el aumento de las lluvias en el altiplano en primavera y verano, el avance de las zonas desérticas, la ausencia de lluvias en época de verano en el sur de Chile y el calentamiento en sectores altos de la Cordillera. Además, el 90% de los glaciares ha disminuido, incluyendo el Glaciar O’Higgins del Campo de Hielo Sur -que ha retrocedido 15 kilómetros en los últimos 100 años- y el Glaciar San Rafael en el Campo de Hielo Norte.

Otros efectos que vaticinan los especialistas son la disminución en la temperatura de las cálidas aguas de las playas nortinas, mayor aridez y escasez de agua, disminución de vegetación en los valles de la zona central, menos nieve en centros de esquí, mayores periodos de sequías, aumento de incendios forestales y el riesgo de desaparición de algunas islas entre Chiloé y Puerto Natales por el aumento de los niveles del mar.

¿Cuál es la consecuencia? Estos efectos del cambio climático afectan precisamente a algunos de los destinos turísticos más importantes de Chile, que atraen miles de turistas que llegan a ver sus paisajes y recursos naturales únicos.

El turismo contribuye al cambio climático de muchas maneras y se estima que la actividad es responsable del 5% de emisiones de dióxido de carbono en el mundo. En 2007, se firmó en Davos, Suiza, la declaración “Cambio Climático Y Turismo: Responder A Los Retos Mundiales”. El documento da lineamientos para los distintos actores.

A los gobiernos los llama a “incorporar el turismo en el cumplimiento de los compromisos adquiridos de conformidad con la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y su Protocolo de Kyoto”. A la industria, le pide “asumir el liderazgo en la aplicación de medidas concretas (como incentivos) para mitigar los efectos del cambio climático a lo largo de toda la cadena de valor del turismo”. Y a los consumidores, los alienta a que “antes de tomar sus decisiones, tengan en cuenta las repercusiones climáticas, económicas, sociales y ambientales de sus opciones de viaje y destino, y, en lo posible, reduzcan su huella de carbono o compensen las emisiones que no puedan reducirse directamente”.

Las aerolíneas han estado en la mira por mucho tiempo y su aporte al calentamiento global es uno de los grandes temas en cada una de las Conferencias de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático. El problema es que las aerolíneas, en general, rechazan la imposición de reducir sus emisiones, argumentando que los aviones sólo contribuyen entre el 2% y el 3% de las emisiones globales.

Ciertas aerolíneas -tales como Qantas, Air New Zealand, Virgin Atlantic y Continental- voluntariamente crearon sus propios programas de compensación de carbono para permitirles a sus pasajeros reducir su huella ecológica. Pero pronto surgieron dudas acerca de cuánto deberían pagar los turistas por cada tonelada de dióxido de carbono que se compensaba y la necesidad de privilegiar la reducción de emisiones en lugar de su compensación.

La industria aeronáutica tiene conciencia de las críticas y ha estado abordando el problema. Y este se ha visto con gran expectativa cómo Boeing y Airbus realizaron los primeros viajes de pasajeros usando biocombustibles sustentables.

Sin embargo, no se puede dejar todo en manos de las aerolíneas. El resto de los proveedores de la industria turística también tiene mucho que aportar. Usar biocombustibles y energías renovables no convencionales, promover la protección y el uso sustentable de los bosques nativos, conservar las cuencas hidrográficas, promover el uso eficiente y el ahorro del agua y la energía y estimular los proyectos de producción limpia son algunas de las medidas que pueden contribuir a desacelerar los efectos negativos del cambio climático en el país. Sólo si se toma conciencia y se actúa a tiempo se podrán rescatar los recursos naturales de los cuales depende la industria turística nacional para su desarrollo.

 

Marcela Torres

Periodista de la Universidad Andrés Bello y Máster en Turismo, con mención en
Ecoturismo, de James Cook University. Síguela en el blog sobre turismo responsable: //
southernconejourneysespanol.blogspot.com/


Por Lector Turismo
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Una respuesta a “COP 17: cambio climático y turismo”

  1. fernando arriaza dice:

    muy buena noticia muchas gracias por la info

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