Inicio 15 de marzo de 2012

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La necesidad de turismo de ...

La necesidad de turismo de intereses especiales en Alto Cantillana


Dos zonas del lugar fueron declaradas Santuario de la Naturaleza. Aquello significa que no se pueden realizar faenas productivas ni excavaciones. Un lugar donde el turismo debe reinventarse. ¿El primer paso? La educación.

En enero pasado un incendio destruyó entre 20 y 30 hectáreas de bosque en el sector de Alto Cantillana, ubicado en la Región Metropolitana entre las comunas de Alhué, Isla de Maipo, Melipilla, Paine y San Pedro. El siniestro consumió alrededor del 30% del hábitat del lagarto “Torcuato” o “Gruñidor de Valeria”. Así lo confirmaron desde la red “Así Conserva Chile”, un organismo dedicado a la conservación de área privadas y de pueblos originarios, de la cual la Corporación Altos de Cantillana es socia.

Un incendio más que se suma a muchos otros generados este verano en el país. En el más cruento, el de Torres del Paine, fue el descuido de un turista la causa de irreparables pérdidas naturales. En el caso de Alto Cantillana, la mala educación para ser la respuesta.

Así lo comentó Joaquín Solo de Zaldívar, administrador general de la Corporación Alto Cantillana, empresa dedicada a la ejecución de ecoturismo, cabalgatas entre otras actividades. “Aunque se manejan muy bien con el fuego son los causantes del último incendio. Ya no tienen razón de ser; llevan motosierras para cortar leña y sólo suben a beber alcohol”, aseveró sobre los arrieros que transitan por Alto Cantillana

Educación, un tema país

El tema no es menor. Alto Cantillana posee un alto porcentaje de vegetación no intervenida, de hecho un 40% de ella es endémica; es una importante fuente de agua tanto superficial como subterránea, las cuales se usan para labores agrícolas. Además dos zonas del lugar -la última fue el sector de Horcón de Piedra –  fueron declaradas Santuario de la Naturaleza, lo que conlleva a que no se puede realizar excavaciones ni faenas productivas sin el permiso del Consejo de Monumentos Nacionales. ¿Pero cómo conservarla? Educando.

Así lo entiende Solo de Zaldívar, quien comentó sobre un proyecto de su autoría; que va en esa dirección y que fue aprobado por el Consejo Nacional de Cultura y las Artes, a través de la “ley Valdés”.

“Antes de sustentabilidad turística debe haber educación. La idea del proyecto es el rescate cultural y patrimonial. Es un trabajo con los niños, que son los más permeables, para que se vayan acercando a esta reserva arqueológica e histórica. Si se congrega a la familia en torno al lugar, más adelante estará mucho mejor cuidado”, aseguró Solo de Zaldívar.

¿Dónde está la industria?

El próximo paso –para potenciar el turismo en la zona –sería convertir a alto Cantillana en un lugar factible de ser visitado, pero conservando su naturaleza, sin que la urbanización malogre su inherente complejidad: la meseta Catillana está a dos mil metros altura, extensión que la ha mantenido prácticamente intacta hasta el siglo XXI. Entonces ¿Cómo operar? Con el turismo de intereses especiales, aclaró el administrador general de la corporación.

“Primeramente creíamos que lo mejor era crear un hostal, pero es muy difícil. Por ahora contamos con la hermosa naturaleza y los senderos, donde hacer cabalgatas, trekking y caminatas. Sin embargo, el fuerte está en las universidades. Carreras ligadas a la veterinaria, al segmento forestal y sobre todo al ecoturismo, nos han entregado muchos dividendos, tanto económicos como de conocimientos”, agregó Solo de Zaldívar.

Es así como poco a poco, a pesar de los desaciertos humanos y de otras barreras –como los dos mil metros del la meseta en cuestión –es que nuevas formas de turismo comienzan a abrirse paso. “En cinco años queremos ser una organización reconocida. El lagarto “Torcuato en un futuro puede ser un sendero especial, la base de una zona de observación de aves por ejemplo”, finalizó Solo de Zaldívar.


Por Lector Turismo
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