En los últimos siete años han ingresado más de 3.000.000 de turistas extranjeros al país, sin duda esta cifra se suma a los visitantes locales que se trasladan a las diversas regiones para descubrir las bondades que el país ofrece, a través de su diversidad de clima, geografía y cultura.
Los turistas se informan y buscan los servicios que por supuesto le den valor agregado y rentabilicen su estadía. Por ello la actividad comercial asociada a la entretención y al ocio ha crecido, y para lograr una presencia importante a la hora de ofrecer sus servicios, la oferta de eventos se ha instalado como plataforma satisfaciendo de manera dinámica la demanda cada vez más exigente, que los usuarios realizan al momento de tomar la decisión de conocer un lugar.
La Cumbre de la Celac 2013, reunió a más de 800 líderes políticos y empresariales de América Latina, El Caribe y Europa. Esta importante actividad aportó evidentemente ingresos al país, pero también una positiva imagen que se difundió a través de la prensa internacional, al mostrar las bellezas naturales, expresiones artísticas e impecable gestión y producción técnica de las reuniones realizadas en los centros de eventos, los cuales convocaron a su vez a miles de personas parte de las empresas, cuya responsabilidad fue atender a las delegaciones asistentes. Visitas a diversas locaciones y la participación de los visitantes a recorrer la región, potenciaron sin lugar a dudas el desafío de efectuar actividades presenciales que logren “emocionar y dejar en la memoria momentos únicos e irrepetibles”.
La producción de eventos se ha ido adaptando en el tiempo a las necesidades de los clientes, inyectando nuevas ideas, tecnologías, enfoques y tendencias, a los diversos segmentos de demanda, con el objetivo final de hacerlos sostenibles en el tiempo. De este modo se han logrado instalar y diferenciar por medio de los gustos, generando incluso atractivas rentabilidades, al incorporarse otros actores muy relevantes, como son los patrocinadores y auspiciadores. Ejemplo de esto son el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar o El Dakar, los cuales logran reunir una gran cantidad de turistas y medios asociados, generando noticia y retorno de inversión.
Los planificadores de eventos deben, por lo mismo, estar informados de las actividades comerciales, artísticas y culturales contingentes en
la región, y trabajar ofreciendo actividades, de acuerdo a lo que el cliente requiera.
Se deja con esto establecido, que los eventos deben ser planificados y por lo mismo obedecer a una estrategia comercial, cuya finalidad es invariablemente lograr un objetivo comunicacional.
No deben ser resultado de la improvisación, sino de la consideración de conceptos básicos como los objetivos a lograr, la segmentación tanto demográfica, social y cultural, los recursos entre los que se destacan los materiales, humanos, técnicos y administrativos, todo esto con el fin de producir y lograr la calidad y audiencia esperada.
Indefectiblemente los eventos transmiten una sensación de emoción única, cuando son realizados en el momento preciso, con una audiencia presencial cautiva, en el lugar más idóneo y en el tiempo real de su consumo. Esta sensación, de ser óptima, dejará al participante con el recuerdo de haber estado en el lugar y momento indicado, lo que al ser potencialmente transmitido en el tiempo a futuros visitantes traerá consigo el convertir tanto al evento en si mismo, como al lugar o región que lo alojó, en un referente geográfico e histórico.
María Luisa Velasco,
Docente Administración de Empresas hoteleras y servicios
IP. Culinary