Hace unos meses el gobierno decidió entregar las Áreas Silvestres Protegidas – a través de licitaciones – a privados ¿El objetivo? Contribuir al bienestar de las comunidades dijeron desde el gobierno. Es una idea que, a pesar del rechazo de los entendidos, sigue avanzando bajo una misma línea: las autoridades anunciaron los cinco sectores a los que se les dará prioridad.
Se trata del Parque Nacional Pan de Azúcar, el Parque Nacional Radal Siete Tazas, el Parque Nacional Villarrica, la Reserva Nacional Mocho – Choshuenco y la Reserva Nacional Cerro Castillo.
Ante el anuncio la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, declaró que “para ser priorizadas las cinco áreas se acordó realizar una serie de estudios previos a la licitación, resguardando la protección de la biodiversidad de estas áreas por medio de un plan de uso público que considera cuatro temáticas; estudio en detalle de dominio, un estudio técnico normativo, la elaboración de un plan maestro y un estudio de intensidad de uso que permita definir adecuadamente la dimensión e impacto de un proyecto sobre el área licitada”.
Finalmente, el ministro de Cultura, Luciano Cruz–Coke, destacó la importancia de potenciar el turismo cultural en estas Áreas Silvestres Protegidas del Estado (ASPE) del país. “El Turismo Cultural además de ser sustentable por definición, permite el desarrollo regional, respetando las identidades y tradiciones locales. Al mismo tiempo, posibilita la circulación de bienes, servicios y divisas en las comunidades, generando mecanismos de vinculación regional que promueven el manejo armonioso de nuestros grandes atractivos turísticos”.