A diferencia del sinistro del 2005, el incendio que este año consumió aproximadamente 13 mil hectáreas en Torres del Paine afectó la cara visible del parque nacional; los lugares por donde mayormente se desplazaban los turistas, donde se encontraban bosques nativos y arbustos. Por tal motivo cobra vital importancia el catastro botánico que lanzó Erwin Domínguez, investigador del INIA.
El licenciado en Biología de la Universidad de Magallanes identificó –en un trabajo de 10 años -130 especies autóctonas; 9 con problemas de conservación y 21 especies con propiedades medicinales en su libro Flora Nativa Torres del Paine. Asimismo señaló que “conocer lo que tenemos es fundamental para educar a la población y para generar información para los turistas”.
Domínguez también comentó que, la publicación, puede ser una herramienta para recuperar la flora perdida. “Se pueden tomar semillas de las especies identificadas y repoblar los lugares afectados por el incendio, ya que es un ecosistema que ha evolucionado parejo. Es distinto cuando donas especies desde otras regiones porque hay contaminación genética”, dijo agregando que “para identificar sitios donantes hay que identificar que es lo que había”.