Inicio 01 de marzo de 2012

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Repoblación marina en Chile ...

Repoblación marina en Chile


Muchos de nuestros recursos marinos se agotan cada vez más rápido, ya sea por falta de control, por la creciente eficiencia en nuestra capacidad de captura de los mismos o una mezcla de ambas. Ya al borde del abismo nos preguntamos: “¿Y ahora?... ¿Qué hacemos?”. Ahí es donde surge la idea de repoblar.

Cada vez más los chilenos estamos tornando la mirada hacia nuestro hermoso mar. ¿Por qué? Porque nos estamos interesando por acontecimientos que antes, simplemente, nos eran indiferentes. Un ejemplo claro y categórico: el agotamiento sistemático de nuestros recursos naturales marinos.

Es cierto que algunos conceptos pueden parecer nuevos. “Vedas”, “cuotas de captura”, “áreas de manejo” y “repoblación”. Sin embargo, para quienes llevamos toda una vida son los pies metidos en el agua salada, sabemos que tenemos ya casi una centuria con ellos. Pero vamos al grano. Muchos de nuestros recursos marinos se agotan cada vez más rápido, ya sea por falta de control, por la creciente eficiencia en nuestra capacidad de captura de los mismos o una mezcla de ambas. Ya al borde del abismo nos preguntamos: “¿Y ahora?… ¿Qué hacemos?”. Bueno, ahí es donde surge la idea de la “repoblación”.

Repoblación se define como el hecho de “volver a poblar”, y en este sentido estricto de la palabra, llevamos ya muchos años en estas lides. Entre 1940 y 1960 en el sur de Chile, casi llegamos la extinción del Choro Zapato, además del agotamiento de las poblaciones de Chorito y Cholga, todo esto coronado con el terremoto de Valdivia (1960), cuyo maremoto posterior no hizo más que arrasar con lo poco que quedaba de esas mermadas poblaciones.

En ese entonces ya se había creado en Chiloé un centro para la repoblación de estos recursos, lo que finalmente derivó en el comienzo de la Mitilicultura en nuestro país. Sumado a esto, a fines del siglo pasado comienza el régimen de “Áreas de Manejo de Recursos Bentónicos”, en la cual se les otorga a las organizaciones de pescadores artesanales el derecho exclusivo sobre los recursos que yacen en un espacio delimitado de fondo marino. Esta medida ha logrado en un poco más de 10 años disminuir la merma en las poblaciones de recursos como Loco, Lapas y Erizo, incluso logrando en algunas zonas la recuperación de algunas de ellas, es decir, “repoblar naturalmente”.

Ahora, el paso obvio siguiente, es pasar a la siembra de individuos en esos sectores a los cuales hacía mención anteriormente (áreas de manejo) para lograr una “repoblar artificialmente”, aumentando la velocidad de recuperación de las poblaciones naturales más disminuidas.

En este paso se encuentran entidades como el Instituto de Fomento Pesquero (IFOP), Fundación Chinquihue, Universidad Andrés Bello, Universidad Católica del Norte y Bitecma Ltda. Esta última, la única entidad privada… un aplauso por favor. Sin embargo, la mayoría se encuentra realizando repoblaciones a nivel experimental, o piloto. Las únicas repoblaciones a nivel comercial son del tipo natural, obtenida por el efecto “cultivo”, en la bahía de Tongoy con Ostiones y en el la Xª región de Los Lagos, con el Chorito.

Creo que es el momento justo para avanzar un paso más adelante en nuestro desarrollo científico y realizar repoblaciones artificiales a nivel comercial. Esto es más que simplemente tirar sacos de “bichos” desde un bote en el área a repoblar. Hay que realizar estudios previos, como batimetría, tipos de fondos, tipos de comunidades, oceanografía del sector, análisis histórico de poblaciones ancestrales, estudio socioeconómico de los beneficiarios, marco legal de la repoblación, alternativas de recursos a repoblar, metodologías de repoblación, entre otras cosas, y luego de analizados estos antecedentes y determinadas las especies a repoblar, realizar la inclusión de organismos al área.

Pero esto no termina ahí, ya que luego hay que realizar un seguimiento de la nueva población que hemos agregado, para determinar si el trabajo que se ha realizado fue el correcto o si hay que mejorarlo. Estamos hablando de un trabajo de, al menos, 3 años para lograr una repoblación relativamente exitosa. Relativo, porque en el mar a veces suceden fenómenos naturales que en ocasiones echan por tierra (por mar en este caso) todo lo planificado.

Entonces, la oportunidad existe, sólo se necesitan los actores y, obviamente, el financiamiento de estas acciones (que no son baratas). Yo por mi parte, ya estoy aportando con mi granito de arena, repoblando 3 sectores en la IV región. ¡VAMOS, QUE SE PUEDE!

César Pedrini

Ingeniero en Acuicultura

Universidad Católica del Norte

 


Por Lector Turismo
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